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El obispo, Ángel Pérez Pueyo, confía en que este hito sea “un verdadero revulsivo para impulsar el gran proyecto de evangelización diocesano”

Con humildad y satisfacción. Así ha recibido este miércoles por la mañana el vicario general de la Diócesis de Barbastro-Monzón y director del Museo Diocesano, Ángel Noguero, las 41 obras de arte con las que se completa la devolución de los 111 bienes de las parroquias aragonesas, y que pone fin a una problemática iniciada en 1995 con la modificación de los límites de las diócesis de Lérida y Barbastro.

Noguero ha resaltado la riqueza del patrimonio diocesano, tanto el artístico como el humano, “una de cuyas manifestaciones más características es la impronta martirial”. En este sentido, ha relatado cómo el obispo Ambrosio Echebarria, tras la beatificación de Florentino Asensio, le pidió “ayuda con los límites diocesanos”.

De esa manera ha querido recordar el largo camino recorrido y las muchas personas que han contribuido, de forma más pública y también anónima, hasta llegar al día de hoy. “Estas piezas —ha dicho— son un elemento de unión”, cuya doble dimensión cultural y cultual se dan la mano como manifestación artística y de manifestación de la fe.

Al servicio de la evangelización

Desde Almería, donde está impartiendo unos ejercicios espirituales, el obispo Ángel Pérez Pueyo ha subrayado la importancia de la jornada y ha instado a que este hito sea “un verdadero revulsivo para impulsar el gran proyecto de evangelización diocesano”. En este sentido, el prelado ha recordado que el Obispado de Barbastro-Monzón está trabajando en la creación de la fundación BARMON MONUMENTAL, «para que el patrimonio sea realmente disfrutado, conservado y expandido por todos».

“El patrimonio artístico también hace posible que la Iglesia en Aragón sea descubierta como una gran fuente de valor para todos, porque construye identidad, construye pertenencia, construye riqueza cultural, artística, económica y, por supuesto, religiosa”, ha explicado monseñor Pérez Pueyo, al tiempo que ha adelantado un triple itinerario: «La Ruta del Camino de Santiago, vinculada al Románico aragonés, la Ruta Mariana y la Ruta Martirial».

Apoyo de la DGA

El consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, y la directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, han acompañado este miércoles al equipo del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón en la que ha sido la cuarta y última recepción, tras la iniciada el pasado 15 de febrero.

Felipe Faci ha calificado la fecha  “como histórica”, ha mostrado su satisfacción por que se haya hecho justicia y ha reiterado que el Museo Diocesano está preparado para albergar y exhibir las piezas que han llegado, entre ellas, los frontales de altar de Sant Hilari de Buira y de San Vicente Treserra; la Virgen María con el Niño de Zaidín, piezas “de excepcional valor”, como ha recalcado Marisancho Menjón.

Día histórico

Con la ejecución de la sentencia, se termina una problemática que surgió hace 26 años, en 1995, cuando se reajustó el territorio de las diócesis de Lérida y de Barbastro, lo que suponía un cambio en la situación patrimonial de los bienes que habían sido trasladados desde las parroquias aragonesas hasta el Museo de Lérida para su estudio y difusión.

De acuerdo con el decreto Illerdensis-Barbastransis de finium mutatione, de 15 de junio de 1995, el patrimonio de las parroquias aragonesas transferidas de la diócesis de Lérida debía retornar a las parroquias propietarias. Se inició así un largo proceso eclesiástico en el que, en diferentes instancias [la última fue el decreto definitivo del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica], se obligaba la devolución a tierras aragonesas.

Al no ejecutarse lo dictado por la Iglesia, se recurrió a los tribunales civiles como última alternativa. «Este proceso lo iniciamos con humildad y sin afán de prepotencia, con la única intención de que se hiciera justicia», ha recordado en numerosas ocasiones el obispo Ángel Pérez, que sigue «con el mismo espíritu» y «con la voluntad de tender puentes de colaboración en proyectos culturales, artísticos, religiosos y económicos con Aragón y, también, con la comunidad hermana de Cataluña».